Para no dañar su magnífica perla cultivada de Tahití, debe cuidarla porque está "viva".
 
Está compuesto de materiales orgánicos que son muy sensibles a los ácidos y productos químicos.
 
Es necesario hidratarla, por lo que es mejor llevarla puesta que dejarla en un armario.
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A continuación te damos algunos consejos para mantenerla limpia y brillante:
 
Se recomienda retirarla antes de usar perfume, ducharse o nadar (¡sobre todo si es un anillo o colgante y más aún en una piscina clorada!).
 
No debe limpiarse con productos diseñados para oro o plata. Simplemente límpiela con un paño suave.
 
Regularmente, puedes enjuagarla con agua fría y un jabón líquido suave, secarla suavemente e hidratarla con un aceite sin aroma, por ejemplo poniendo una gota de aceite de oliva en la palma de tus manos.
 
Si se trata de un collar o pulsera montado sobre alambre con un nudo entre cada perla, o joyas hechas con semillas de "guijarros", está estrictamente prohibido sumergirlas bajo el agua. Simplemente limpie las perlas suavemente con un paño.
 
La perla cultivada de Tahití nace en las aguas de las espléndidas lagunas de Tuamotu-Gambier pero en una bolsa dentro de la ostra perlera bien protegida de la sal marina.
 
La naturaleza siempre la ha protegido, ¡sólo tenemos que hacer lo mismo!